Serpientes desenvainan lenguas,
escurriendo falsos versos,
arrastrando juicios venenosos,
únicamente para el cazar.
Jirafas espiando sobre
hombros mal agachados,
camuflándose en su popularidad,
ganada por repudio a la sangre.
Pero la hiena conocedora
de la verdad latente,
espera impaciente hundida
entre cadáveres floreados.
Aquí la sabia cochinilla
se aparta riendo envuelta,
nadie la nota pequeñita,
y resulta así agradecida,
más que todas las compañeras.
Yorumlar