Hay colores, aromas y sabores
que me recuerdan a ti, mi dulce amor de canela
entre lágrimas y cantos íbamos cerca del lago,
con ramilletes de hierbas puestos en los sahumerios,
cubiertos de madera y copal que perfumaban las ofrendas
para pedir por las cosechas,
de la milpa y de las flores y por nuestros amores,
todo crecía muy perfumado.
Qué bien huele el jardín lleno de flor de calabaza
cubierto de dulce polen que me recuerda a ti,
la chinampa se cargaba de chicozapote y calabaza,
frijol, chile, jitomate y chayote, aguacate, maíz y capulín,
todo para un rico festín.
Qué bien olía el atole cocido sobre la leña,
y para las penas qué rico sabía el té de guayaba y tejocote,
tú comías chirimoya y zapote mientras yo te observaba
y tú observabas a los ajolotes,
con las semillas coronas me hacías
y con los pétalos de las flores teñías la ropa de colores,
hacíamos dulces de piñones para alegrar los corazones,
el guamuchil su sabia medicina nos regalaba,
el viento aromas esparcía, aromas que la tierra desprendía,
aroma a pan horneado y a ti perfumado,
y tú, mi dulce corazón como una pitahaya
tus mejillas se coloreaban cuando besos te robaba.
Qué bien olían las brazas en donde se tostaba el café,
entre la cal el maíz mezclaban y un buen mezcal lo acompañaba,
qué rico aroma desprendían tus camisas vaporosas,
aromas a cempasúchil que trae el viento con la lluvia
que hace a mi mente evocarte.
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