El 17 de noviembre de 1901, en la calle de La Paz se llevó a cabo un baile muy comprometedor. Los oficiales se dieron cuenta de la llegada de carruajes elegantes pertenecientes a familias de clase alta lo cual les llamó la atención ¿había permiso para que se llevara a cabo un baile de ese tipo? Decidieron acercarse a la casa donde se estaba llevando el baile, tocaron a la puerta y ¡qué sorpresa se llevaron! un hombre vestido de mujer les abría, llevaba ropa elegante y estaba bien arreglado cual dama sin que se le escapara ningún detalle. Al entrar al edificio se dieron cuenta de que no solo era un hombre el que llevaba atuendo de mujer, la mitad de los presentes vestían de la misma forma y la otra mitad iban de MAS-CU-LI-NOS, bailaban y reían, platicaban y bebían ¡qué escándalo! Era una ofensa a la moral y a las buenas costumbres. En los periódicos se comenzó a publicar sobre el acontecimiento, hicieron crecer el escándalo ¿cómo era posible que algo así sucediera en la civilizada Ciudad de México?
Se dice que 41 o 42 hombres estuvieron en la fiesta, nadie supo la cantidad exacta ya que en un principio aparecieron diversas publicaciones que indicaban la asistencia de 42 hombres pero unos días después disminuyó la cantidad, no hubo disculpas al respecto ni se comentó la rectificación, simplemente desapareció un individuo de la lista aumentando así la intriga y los rumores sobre los asistentes. Alguno de los rumores que se esparcieron sobre los invitados al baile es que entre ellos se encontraba el mismísimo Ignacio De la Torre y Mier, esposo de Amada Díaz, única hija del General Porfirio Díaz, presidente de México en ese entonces. Algunos de los asistentes al baile (se dice que fueron aquellos que fueron encontrados usando ropa de mujer) fueron mandados a Yucatán para servir en el ejército en las oficinas ya que era casi una ofensa colocarlos junto a hombres varoniles como eran los pertenecientes a la milicia, a otros los pusieron a barrer las calles pero siempre fueron anónimos, sus nombres reales no salieron a la luz y cuando alguno llegaba a ser publicado en las listas de los distintos periódicos, los familiares o incluso ellos mismos se encargaron de desmentirlo y acusaban a los periódicos de levantarles falsos, decían que ellos no eran de ese grupo o que no estuvieron ahí, algunos otros intentaron defenderse y dijeron que no sabían de que trataba la fiesta, que solamente los invitaron o que era una equivocación. Muchos pagaron multas y salieron libres lo cual los vinculó inmediatamente a la clase más adinerada, esa clase que decía ser la más recatada y la que protegía a la moral, aquella que era imagen de lo que se debería ser y desde ese día se convirtieron en lo contrario.
Después del famoso "Baile de los 41" los periódicos no dejaron de publicar por largo rato burlas y críticas a la elite del México porfiriano, hubo grabados famosos como los de José Guadalupe Posada, uno de ellos acompañado por un corrido que hablaba de lo que ocurrió aquella noche. No fue un baile cualquiera pues marcó un antes y un después en la concepción que se tenía sobre la homosexualidad, se dieron cuenta de que la homosexualidad no era perteneciente a la clase más pobre y a los criminales sino que también era parte de la elite que tanto presumía de ser correcta. Desde aquel 17 de noviembre se tuvieron que cuestionar la concepción que tenían de los homosexuales, de esos "invertidos", de los "afeminados" que eran resultado de la falta de capacidad de las madres para criar a sus hijos como debía de ser además, a partir de este evento, la comunidad homosexual en México pudo sentirse identificada, ya no se sentirían tan solos pues supieron que había otros hombres que sintieran y pensaran lo mismo. Su importancia fue tanta que en el año 2001 se puso una placa en el centro cultural José Martí para conmemorar ese baile y para darle voz a la comunidad homosexual en México, en la marcha LGBTTTIQA de este año (2019), dada la coincidencia de los 41 años de la marcha y los 41 asistentes al baile, decidieron que era importante colocar hasta arriba del cartel de la marcha una ilustración de J. Guadalupe Posada para recordar a aquellos que fueron juzgados, criticados y castigados por disfrutar libremente aunque sea por un momento de su sexualidad y de sus gustos.
CarlosMonsiváis escribió varios textos sobre "El baile de los 41", incluso escribió el prologo de "Los cuarenta y uno: novela crítico-social", obra que recuperó la U.N.A.M. pero que fue escrita algunos años después del baile. Para Monsiváis, el baile representó la invención de la homosexualidad en México, se le comienza a llamar de cierta forma y se difunde su existencia. Y es que a partir de este hecho se le comenzó a identificar a la homosexualidad, comenzaron los estudios en criminalista y en psiquiatría para poder definir que causaba esos comportamientos "antinaturales" además se empezaron a identificar a los hombres más afeminados y a los homosexuales en forma negativa pues ya identificados era más fácil atacarlos y ofenderlos así como excluirlos pero estos grupos se dieron a conocer entre ellos y poco a poco alzaron la voz.
"Aunque no lo parezca, y por así decirlo, la Redada "inventa" la homosexualidad en México. Los que comparten las inclinaciones están al tanto de su buena suerte: pudieron formar parte de Los 41, y se salvaron al menos esa vez." -Carlos Monsiváis
Si quieres enterarte sobre otros datos importantes acerca del baile de los 41 y sobre cómo se llevó a cabo, te recomendamos escuchar nuestro podcast si es que no lo has hecho, te enterarás de otros datos que no encontrarás en esta entrada. Esperamos haber aumentado un poco tu curiosidad sobre el tema.
Gracias por leernos
Beatriz
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