Como sabrás querido lector, Filosofía en la red es una plataforma de difusión filosófica, coordinada por Miguel Ángel García en la que se busca crear un espacio plural de dialogo. Tras varios años de publicaciones digitales, decidieron lanzar en abril del 2022 un anuario de sus publicaciones del 2021. Se trata de una recopilación de textos que pertenecen a los autores que compartieron sus obras en la plataforma de Filosofía en la red.
¿Qué podemos encontrar en el anuario 2021 de Filosofía en la red? Principalmente los textos de nueve de sus autores, los cuales tocan distintos tema, desde lo romántico, hasta las imposiciones sociales; además, de los artículos que fueron publicados en su revistas de divulgación y en las ponencias que dieron lugar en el Día Internacional de la filosofía 2021.
Un asunto que queda claro tras la lectura de este libro, es el estudio que las autoras y los autores llevaron a cabo de la obra de Nietzsche, pues está presente en muchos de los artículos que forman parte del anuario; no menciono esto como un aspecto negativo, al contrario, con ello analizan distintos temas, por ejemplo, una reflexión entre Nietzsche y Poe escrita por Alex Rivera o el sentimiento de vejez histórica en Nietzsche escrita por Bryan González.
Quisiera hablar de cada autor y cada artículo dentro de este libro; sin embargo, se haría un análisis demasiado extenso y sin ánimos de dar spoilers a quienes no han leído los artículos, solamente hablaré de ciertas secciones que a mi parecer destacan más que las otras o que llamaron más mi atención.
La sección dedicada a los textos de Elizabeth Martínez Bautista me resultó bastante interesante, pues, ella siendo Doctora en filosofía de la ciencia, abarca este tema con un enfoque social, haciéndonos ver que la ciencia no está fuera de nuestro día a día, ya sea por la creatividad, la conexión intrínseca entre los virus y los humanos, la lógica de la ciencia o por la relación entre el arte y la ciencia. ¿Por qué es importante, por ejemplo la predicción y la explicación de los procesos y los productos epistémicos que permiten la intervención del ser humano en la naturaleza?, o ¿por qué ha sido tan fácil para los coronavirus infectarnos a los seres humanos así como lo ha hecho con murciélagos, dromedarios y pangolines?, son varios los temas que toca la Doctora Martínez y que me sorprendió mucho que estuvieran dentro de este libro, cuando se piense en filosofía, se hace referencia a las preguntas sobre el ser, la conciencia o la realidad, pero, la filosofía puede llegar a muchas más áreas como es la ciencia.
El artículo “La violencia entre colono y colonizado en América Latina como búsqueda de la descolonización” escrito por Vladimir Sosa, toca un tema que es conflictivo en el presente y que así ha sido desde el pasado, hace referencia al proceso histórico de la colonización y de la violencia que esta infligió, así como de su contraparte, la descolonización, sobre la cual sentencia que es un proceso histórico y que trata del “encuentro de dos fuerzas congénitamente antagónicas que extraen precisamente su originalidad de esa especie de sustanciación que segrega y alimenta la situación colonial” (p. 320). Como si se tratara de una confrontación dialéctica ambas fuerzas se oponen y es la descolonización la que unifica un pueblo aparentando el triunfo y la libertad que en el interior continúa siendo colonizada por el consumismo, así, la violencia se presenta en otras formas como los medios de comunicación. Es un texto que recomiendo leer por el enfoque y la invitación que nos hace el autor por replantearnos nuestra condición presente.
La última sección que destacaré es la dedicada a las ponencias dedicadas al Día Internacional de la filosofía 2021. Me pareció muy acertado que las ponencias girarán en torno al quehacer del filósofo, el lugar de la filosofía dentro de la sociedad y la educación, así como en la producción del conocimiento, ya que en estos años de tanto cambio, es necesario replantearse el papel de la filosofía dentro de nuestra dividida sociedad. Si nos encontramos en la época en la que se ha facilitado de manera desorbitada la comunicación, sería necesario analizar las consecuencias que esto tiene en la convivencia y la percepción del mundo por parte de los interconectados usuarios, así como de la crisis identitaria que tienen las humanidades especialmente la filosofía con tanta fragmentación en las distintas áreas de estudio de hoy en día y en la importancia que se le da fuera de la academia.
Pensamientos finales
El Anuario de filosofía de la red, a pesar de no tener un estilo estrictamente académico, no está dedicado a todo tipo de público, para algunos de los textos,es necesario tener ciertos conocimientos que nos permitan situarnos y reconocer conceptos y autores; algunos otros son más accesibles, en general, no se necesita estar especializado en los temas para comprenderlos pero el uso de un diccionario o de internet no está de más si se desconocen los términos.
Sobre la edición impresa, me gustó la división que se hizo por autores y al final la recopilación tanto de las ponencias como de los artículos de su revista. Su portada nos hace pensar que se trata de un diario y, por lo tanto, es más amigable que otro tipo de libros con el mismo enfoque. Me hubiera gustado que el índice no se encontrara en la primera página pues fácilmente se pierde, quizá esta forma facilite ubicarlo más en comparación con un índice al final de la obra. En cuanto al tamaño de letra y la edición, no tengo quejas, pues, es muy cómoda para una lectura larga. Recomiendo digerir poco a poco el materia, te puedes encontrar con muchos temas a reflexionar, en mi caso, anoté distintas ideas así como mis comentarios sobre cada artículo y en ciertas secciones, realicé más de una lectura por el interés que me surgió.
Quisiera hacer un agradecimiento a Miguel Ángel García, coordinador de Filosofía en la red, por su gran labor en la difusión de la filosofía y en la creación de un espacio de diálogo.
El anuario se puede adquirir desde Amazon, ya sea impreso o en digital. O al suscribirte en Bookmate tendrás acceso al mismo.
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